Lectura
mía de Reflujo, con motivo del premio obtenido por este libro en
el XXI Certamen Internacional de Poesía "Odón Betanzos
Palacios", junto a Odón Betanzos, presidente de la Academia
Norteamericana de la Lengua Española. |
NADA PUEDO DECIR | Leer comentarios | ||||
ON OF | |||||
Nada puedo
decir del que se asoma ni logro oír, al cabo, su pregunta. (Fuera braman los búfalos del viento; sus esquivas cervices resuenan en los álamos. Abrupta, el agua se derrama a ciegas rachas por los desfiladeros de las horas). Y me acerco, inquiriendo, hasta su límite: ¿Hasta qué hondo pozo, Me encamino hacia el otro, hacia su imagen, |
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y sé, | |||||
cuando | al otro lado. | ||||
me cruzo, | |||||
ocurrir | que el encuentro | ||||
puede | |||||
solo | |||||
(De Fragmentos de una búsqueda)
NI NÚMERO NI ARISTA | Leer comentarios | ||||
Cuando
un día quizá se deje escrito o sepamos tal vez qué esconde a la mirada cuando queden los signos desvelados qué peldaño confuso de lebreles qué calculado esqueje de vientos o de sombras a la desnuda cítara del bardo de dónde vendrá el hombre que comparta enajenado lapso eterno para volver después a ser mortales |
(De Fragmentos de una búsqueda)
EL VUELO | Leer comentarios | ||||
Recorren
mis pupilas |
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alas, | |||||
audaces ondas de alargadas manos frágiles. A los pies del vacío una gaviota |
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Y yo, | |||||
con la voz sofocada de los náufragos, en silencio, sin pausa, voy muriendo. |
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(De En el silencio)
CLAROSCURO | Leer comentarios | ||||
He vuelto
aún a las afueras |
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(De Reflujo)
IMÁGENES DE IMÁGENES | Leer comentarios | ||||
Se quebró
la mirada en los fragmentos Bebas tú estas cenizas Unjas tú los vertidos signos, desde la floración fractal del otro |
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(De Evidencias del paisaje)
ESTE FILO DEL TIEMPO | Leer comentarios | ||||
La sintaxis
computa mi destino. El delirio entrevé la carne y vino por tu amor de sabana. Fulge en ola Y mi página web navega sola, |
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(De Evidencias del paisaje)
DETRÁS DEL VIENTO | Leer comentarios | ||||
Tierno saúz casi oro, casi ámbar, casi luz... |
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J.J. Tablada | |||||
I | |||||
¡Alea el blanco tu preludio de muerte, flor del almendro! |
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II | |||||
En los manteles limpios del aire, sangre: Sobretarde de estío. |
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III | |||||
Aguas abajo, ¡qué ensimismado el río bajo la umbría! |
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IV | |||||
La sola estela del navío entregándose ciego a las aguas. |
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V | |||||
Ecos de sombra, las aves incendiadas en fuga súbita. |
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VI | |||||
Rumor de frondas, el sol sopla las brasas del cerezal. |
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VII | |||||
El vuelo. ¡Qué
ardido acabamiento del sueño el pájaro. |
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VIII | |||||
Sorgo y adobe sobre sorgo y adobe; carne del tiempo. |
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IX | |||||
Atardece en la aldea, las torres deshaciéndose de sus campanas. |
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X | |||||
Por la maleza, entre cañas tupidas, un aleteo. |
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(De Álbum rural)
LO CÓNCAVO | Leer comentarios | ||||
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Cuando la cuerda | |||||
se tense hasta su límite | |||||
el arco habrá cerrado el círculo. | |||||
La abrupta
suspensión muda del vuelo bajo la abierta latitud del fondo inmóvil. |
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L | |||||
o | |||||
c | |||||
o | |||||
Ejes de luz . | n | ||||
c | |||||
a | |||||
v | |||||
o | |||||
En el centro incendiado o vórtice del círculo el sonido futuro del venablo en el aire. |
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El todo. | |||||
El centro: la enverada entraña | |||||
del vértigo o vacío donde ansía nacer el breve dios que muere en cuanto toca el mundo. |
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(De Fragmentos de una busqueda)
MIRA ESTE HUMILDE CLARO | Leer comentarios | ||||
Mira este
humilde claro retenido Mira este campo enhiesto. |
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(De Reflujo)
LLANTO DE AUSENCIA | Leer comentarios | ||||
(Glosa al soneto “Llagas
de amor” F.G. Lorca, |
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Ebrio de abril, insomne
de tus alas devoradas de sol en arduo vuelo, sufro de amor con llama abrasadora. Que muerto en sed del aire que tú exhalas, locos alzan morada en el anhelo esta luz, este fuego que devora. |
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Arde la oscura nieve
de tu beso –carne de ausencia–, voz enmudecida que como hierro frío me espolea. Y aunque requiero espigas del regreso, tan sólo hiende agujas en mi herida este paisaje gris que me rodea. |
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Ciega es la abeja,
seda o roce, loca como el delirio de las flores cuando su dulce savia en pétalos alea. Al aire, así, me pierdo por tu boca sola de ti, y a ella voy clavando este dolor por una sola idea. |
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Busco en vano ese
beso fugitivo, prisionero de niebla y de su asedio, que me roba tu boca redentora. Y va mordiendo en mí tu amor esquivo, y al tormento me lleva sin remedio esta angustia de cielo, mundo y hora. |
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Rompe el ánfora
ajada de la estancia sobre el suelo de mármol de mis flores agostadas de luna y zarzamora. Y pues las penas vierten su fragancia de sal por el recinto, riegue amores este llanto de sangre que decora. |
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Si has de ser de este
río naufragada nave de mi penar, puerto extinguido, si a tu playa no arriba mi marea, llene al fin el silencio la abrasada música sepia, acorde estremecido, lira sin pulso ya, lúbrica tea. |
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Vuela tu voz vertida
en lirio blanco como un fanal de cera temblorosa, y en mí el dolor me hiere y se recrea. Para ser la distancia mi martirio, cúbrame para siempre con su losa este peso del mar que me golpea. |
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Muere de amor –al
fin dulce asesino– la sangre rosa que la sombra aventa. Pues es la oscura alondra de la aurora el augurio fatal, en mar de lino, que sabe del acíbar y alimenta este alacrán que por mi pecho mora. |
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Penas en flor que
por tu voz sollozan, llantos donde el desierto desespera, Y el beso alado y el soñar dormido, y la melancolía con que gozan el rosal y la muerte en primavera: Son guirnaldas de amor, cama de herido. |
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Sin ti la brisa vuelca
su galerna en trozos de jacinto por el pecho, dejos de sol sombrío, hiel de ausencia. Sin ti la noche asoma a su lucerna por el acantilado de mi lecho donde sin sueño, sueño tu presencia. |
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Y el dolor del espino
prende luego este incendio de amor, el vino amargo, panal de hiel de delicada esencia. Y la inercia en las venas bebe fuego y despierta el puñal de su letargo, aunque busco la cumbre de prudencia. |
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Amaneces de luz, y
el sol ardiente que nace en tu mirar de aurora viva me anega el alma con aceite ungido. Y en el febril retorno por mi frente, te abrazo como sombra rediviva entre las ruinas de mi pecho hundido. |
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Deja a la llama ver
su luz profunda hasta que, muerto el día en la ladera del alma, sople el viento ya extinguido. Dure la voz, de lejos, infecunda, que a mi desolación ciega de espera me da tu corazón valle tendido. |
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Fuego, dolor, angustia,
cielo, llanto, llagas de amor que el sueño no desata del corazón que sufre su cadencia. Que es tu sueño la sombra de mi espanto, caballo desbocado que me mata con cicuta y pasión de amarga ciencia. |
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(De En el silencio)
VIVIR | Leer comentarios | ||||
Vivir. Seguir morando
en la partida Redimir en el fuego cada herida Y límite del mar donde concluye dejar al tiempo el últimi fragmento |
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interminable, | |||||
al viento. | |||||
(De Tiempo de retorno)
NEGRA ESENCIA | Leer comentarios | ||||
Desde el raudo
tropel de las preguntas |
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(De Tiempo de retorno)
CONSTANCIA DE LO EFÍMERO | Leer comentarios | ||||
Bajo el sol, desde
el puente, |
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Te surgieron, | |||||
de súbito, ondulantes, laminados brazos del renacer, tenacidad incontenible del avance, y el asombro de habitar la corriente. |
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Río abajo, | |||||
en el alado rumbo de los sueños, la mirada distante, la vacuidad de todo enclave, el callado caudal donde es vano el asirse, donde todo es mudable, encendida constancia de lo efímero. |
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No hubo puerto al volver sobre tus pasos. Nómada del recuerdo (ya el ocaso vencido), buscaste dónde fijar el tiempo de tus naves, cómo anegar de espacio las palomas que resurgen inquietas -cauce atrás- de otras aguas. |
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(De Tiempo de retorno)
LA CASA VACÍA | Leer comentarios | ||||
Como se abraza
un árbol a la vida |
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Desierto en ti, con ademán de espera, en un trasunto ciego de la sangre remueves los objetos por el cuarto -para que tengan vida- dices. Es el oscuro rigor de la distancia, el dolor que se encastra en las paredes como el humo de un tiempo sin sentido. |
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La tarde vela aún el robledal y la luz (sólo un rastro) que se asoma al teléfono sordo, lentamente, conduce a los postigos de la noche con su mudez tan negra. Y te desatas, desnudo, entre la huera turbamulta a tomar posesión de tus fantasmas. |
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(De Reflujo)
EL VAGABUNDO | Leer comentarios | ||||
...y somos los mendigos
de nuestras propias almas. |
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R. Darío. | |||||
No queda nada más
sobre la tarde que una nave varada en la distancia. Eje de latitud, la acecha un eco requiriendo las últimas respuestas. Asoma un vagabundo. Merodea Hoy, detrás de este mar indiferente Perdurará el dolor y otra semilla |
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(De Evidencias del paisaje)