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Tu
poema
1 | Revista poética digital |
1 |
Atardecer de camaleones Paisaje con paraguas |
Exilio |
Huele el perro (De Esfacelos) |
Como la sombra deja que el tiempo viaje hacia lo oscuro y ocúltate en la noche. Deja en su negro los gemidos y cúbrete de espacios y de cruces, haz el silencio en ti y ve como la tierra gira y calla, como enmudece todo pues todo viaja hacia el final. Deja a tus manos el movimiento arbóreo de las horas que vuelven a su inicio, y ondula en la marea de la nada en el concierto de la nada en lo perfecto de la nada que está creándonos de nuevo. Prepárate a lo gris, arroja tu memoria al viento mientras recreas los pasillos de la perdida infancia y de los muertos dones que se fueron desde tus uñas a las sienes donde en trayecto fuiste poblándote de tiempo. Como la sombra abréviate en los bordes con modestia y escapa con la luz hacia la muerte después de haber quebrado las palabras. |
Nefelibata (De Por el camino de la diurnidad) |
Nada puedo decir (De Fragmentos de una búsqueda) |
Del vacío |
Mensaje |
Era invierno (De Tiempo de intuiciones) |
El canto de las veneras |
1 | Revista poética digital |
1 |
Una visión: dos visiones
©Karmen Blázkez
| reloj (éste aplasta el sedoso vello de sus brazos), me mira fijamente, retorna a su sopor. Percibo que es el marido de la joven musulmana que va a mi lado, frente a él. |
Detrás de las murallas |
La Muralla de los Sueños - Valparaíso - CHILE |
No regreses al sueño -repetía el murmullo de las inquietas aguas- purifica tu espanto detrás de las murallas... Regreso, Mi Señor, ocultando la herida abierta en el costado. Oscuro es el camino que conduce al amor y afiladas las dagas de la ausencia. Detrás de las murallas no existen las verdades; sólo espejismos, vanas ilusiones y el corazón no es guía de confianza. ¡Padre! ¡Padre! ¡Libérame del sueño! Bastaría tan sólo una palabra... Detrás de las murallas se forjan las heridas. La esperanza se adorna de oropeles, oculta que es carente de sustancia tras sus brillos mentidos y la ternura es como el vino dulce: embriaga los sentidos y el fuego se apodera de la sangre. ¿Cómo impedir que arda consumiéndolo todo? Tanto amor desolado ha secado mis ojos... Detrás de las murallas el amor es un arma que al rozar aprisiona. La voluntad olvida su fiereza y el alma es un cóndor sin sus alas. El milano se oculta en la paloma, la devora y se harta con sus restos. ¡No hay virtud en las pieles que se imantan, Mi Señor! El deseo es cual bruma al pensamiento, el espíritu encela su mirada y acaricia los labios de la muerte. ¡Despedaza su nombre! ¡Arranca su recuerdo! ¡Padre! ¡Padre! La herida duele tanto... Detrás de las murallas la belleza es martirio, prende en su boca el dulce rojo de los manzanos y destila un veneno llamado poesía. Con sus manos pequeñas hila doradas trampas y grandes corazones desangran en su lecho hasta la última gota de pureza. ¡Mírame! Soy de sombras... Ya no hay luz en mis alas. La vida se desliza sin rumbo ni destino, teme morir de amor y el desamor la acaba, pero poco le importa perecer si unos ojos prometen y en las noches se entrega sin pudores. Detrás de las murallas lo que viste a los soles de su luz sempiterna, Mi Señor, no es más que la esperanza de que otro amanecer los traiga de regreso, pero ellos nunca vuelven y la herida se agranda. ¡Padre! ¡Padre! Ya no quiero este sueño... el río cristalino se ha formado de lágrimas.
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Lejanos de este entonces, cerca de los últimos años, nuestras retaguardias tuvieron que entender la causa de la amenaza. Era necesario controlar el hastío y la voluntad por acabar con el cabrón olor a tiempo muerto. Irónicamente el mar salía todos los días a las seis cuarenta y tres de la mañana, todo tenía un horario fijo, incluso el tiempo del óleo de nuestros relojes. El sol y sus mareas golpeaban con fuerza los puertos de embarque donde los niños conducían sus carruajes. No teníamos miedo. Los hongos aún no desteñían sus figuras, eran sólo cuarenta y tres los que nuestra vista alcanzaba a divisar, pero sabíamos que los otros eran aún más grandes y que por eso los confundíamos con el universo y no lográbamos divisar sus envergaduras. Un enorme día, el más largo de los cuatrocientos ochenta y siete días de aquel año, nos percatamos que el tiempo estaba cambiando de dirección, así que nuestros relojes redujeron sus horarios para poder controlar nuestras acciones. Después que la noche clareó, los últimos rayos se ocultaron y ya no quedaba sol alguno iluminándonos, ni teníamos más visión que nuestros instintos sombríos y la plena confianza de las acciones. La línea de frente de nuestro cuartel estaba limitada porque el virus Maguium había siniestrado los pequeños continentes, pero aún teníamos fuerzas, sabíamos que era mejor seguir a rendirnos. Cuando pensábamos que ya la mayoría de los camaradas dormía, te dije que zarpáramos en busca de algún color distinto, así que decidimos ir al horizonte dieciséis porque sabíamos que de los más cercanos, este era el más extenso. Teníamos sólo dos noches para recorrerlos pues en la siguiente los siete soles despertarían a nuestros camaradas. Al llegar al horizonte dieciséis, estaba todo fragmentado. Era difícil ordenar los pensamientos, porque incluso nos costaba mantener nuestros átomos en posición. Por eso, nuestros trajes estaban hechos de aquel antiguo metal que detestábamos, pero era mejor para nuestra salud seguir vestidos de Tilio, el único metal capaz de contener la fragmentación. Al fin, ya libres de todo pensamiento, nos volvimos a mirar y te dije con los ojos fijos en ti misma que los cuatro nortes del horizonte deciséis eran pequeños y limitados en comparación con el amor, porque el amor es más inmenso que todos los universos juntos y que la gran constelación. Te dije que el amor está viniéndonos desde lejanos tiempos, y que nuestro futuro sólo entiende el porvenir si seguimos enraizados en nosotros mismos, en la duplicidad de nuestro corazón y en la cuadruplicada forma de nuestros ojos. No te dije más, pues todo lo demás estaba escrito en los registros del trilenio.
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El canto de las veneras |
1 | Revista poética digital |
1 |
La transliteralidad en J.A. Valente-san Juan de la Cruz
©Felipe Fuentes García
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San
Juan de la Cruz |
José
Ángel Valente |
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...Salí
tras ti clamando... Cántico espiritual, 1 |
Salí
tras ti Fragmentos de un libro futuro, pág. 80. |
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...los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados. Cántico espiritual, 12 |
devuélveme a tus ojos que tengo en mis entrañas dibujados. Fragmentos de un libro futuro, pág. 80. |
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...Y pasaré los
fuertes y fronteras. Cántico espiritual, 5 |
...salta los fuertes y fronteras... El fulgor, XIV |
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¡Apártalos,
Amado, que voy de vuelo! Cántico espiritual, 13 |
Ibas, que voy de vuelo, apártalos, volando... El fulgor, XXX |
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...y la caballería ala vista de las aguas descendía. Cántico espiritual, 40 |
...y extenderé la
luz, y la caballería a la visda de las aguas descendía. Material memoria en "El fulgor. Antología poética", pág 201. |
La conceptualidad poética de los Novísimos
©Emmanuelle Jolivet
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Desde que Gerardo Diego publicara en 1932 su antología poética, “Poesía Española 1915-1931”, en la que recogía los nombres de poetas de esa quincena de años en España, el indicador de nuevas tendencias y nuevos autores ha venido marcado por la aparición de antologías periódicas, por algunos prestigiosos premios y certámenes y por la publicación, escasa, de alguna revista literaria. |
La expresión poético-artística
©José Juan Martínez Ferreiro
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Inspiración -por Jean-Honore Fragonard |
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La actividad creativo-artística es uno de los ámbitos superiores del comportamiento humano, y una de las cualidades que mejor definen esa etiqueta de "Ser superior" que el ser humano se autoasigna dentro de la naturaleza. |
Sabes?
1 | Revista poética digital |
1 |
SUMARIO |
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Tu poema |
Atardecer de camaleones |
Antonio Rojas | ||||
Exilio | Javier Aguirre Ortiz | |||||
Huele el perro | Karmen Blázkez | |||||
Como la sombra | Benjamín León | |||||
Nefelibata | Venezia Lesseps | |||||
Nada puedo decir | Felipe Fuentes García | |||||
Del vacío | Viví Massares | |||||
Mensaje | Francisco Redondo Benito | |||||
Era invierno | Sara Castelar Lorca | |||||
Cuenta... | Una visión: dos visiones | Karmen Blázkez | ||||
Tras las murallas | Viví Massares | |||||
3.518 | Benjamín León | |||||
Dime! | La transliteralidad en J.A. Valente-san J. de la Cruz |
F. Fuentes García | ||||
La conceptualidad poética de los Novísimos |
Emmanuelle Jolivet | |||||
La expresión poético-artística | José Juan Martínez Ferreiro | |||||
Noticias | Primavera 2007 |
El canto de las veneras
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primavera | 1 | Revista
poética digital |
1 |
AÑO 2007 |
PRIMERA ÉPOCA | Periodicidad trimestral |
NUEVA POESÍA |
Tu poema | Cuenta... | Dime! |
La revista poética digital, El canto de las veneras, | AUTORES
del Número 1 Benjamín León Emmanuelle Jolivet Felipe Fuentes García Francisco Redondo Benito Javier Aguirre Ortiz José Juan Martínez Ferreiro Karmen Blázkez Sara Castelar Lorca Venezia Lesseps Viví Massares |
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